En 1950, el Škoda Sport participó en las legendarias 24 Horas de Le Mans como el último vehículo checo con una tripulación checa
Se fabricaron dos ejemplares del deportivo basado en el “Tudor“; el motor de cuatro cilindros y 1089 cm3/50 CV (37 kW) alcanzaba una velocidad máxima de 140 km/h
75 años después, el Škoda Sport original regresó al emblemático circuito, coincidiendo con el 130 aniversario del fabricante checo
Del 3 al 6 de julio, el coche con su historia única volvió a acaparar la atención merecida en el circuito de Le Mans
Hace setenta y cinco años, Škoda se alineó por primera vez en la legendaria carrera de las 24 Horas de Le Mans con el Škoda Sport, un coche especial de competición. Este coche único, meticulosamente restaurado a su estado original, ha vuelto a aparecer en varias ocasiones en el famoso circuito como parte de la prestigiosa Le Mans Classic para coches deportivos históricos. Este año, en el 130 aniversario de Škoda, el coche volvió a ser uno de los protagonistas del evento, también gracias a su rendimiento en la pista.
Es el 24 de junio de 1950. El segundero del reloj de salida marca las 16:00. El piloto de carreras de Škoda, Václav Bobek, cruza la línea de salida, se mete rápidamente al volante del Škoda Sport, con el número 44, y emprende su primera vuelta de 13,65 km en Le Mans. «Cada vez que nos subimos a esta cabina original en este emblemático circuito, nos imaginamos al equipo Bobek-Netušil tomando la salida en 1950. Es un momento realmente especial para Škoda y para nosotros personalmente», afirman Stanislav Kafka y Michal Velebný, los responsables de traer este coche único de vuelta a Le Mans en los últimos años.
Le Mans 1950: la primera y única aparición
La participación de Škoda en la carrera de resistencia de Le Mans de 1950 fue algo insólito en aquella época. Europa ya estaba dividida por el Telón de Acero, por lo que el coche de Mladá Boleslav era una curiosidad en la parrilla de salida de la carrera de resistencia más dura del mundo. El especial biplaza, con su carrocería de aluminio fabricada a mano, se basaba en componentes modificados del modelo de serie Škoda 1101 «Tudor» de 1946 y utilizaba muchas piezas estándar. Al amanecer, el Škoda Sport ocupaba el segundo puesto en su categoría de coches de hasta 1.100 cm³ y el quinto en la clasificación general por índice de rendimiento. Tras 13 horas – con una media de 126 km/h – la rotura de un circlip del bulón del pistón acabó con cualquier esperanza de un resultado sorprendente. Dado que el reglamento de la carrera impedía reparar este pequeño fallo técnico in situ, la vuelta 121 fue la última de Škoda en Le Mans.
Ajustes técnicos específicos para un rendimiento óptimo en pista
El Škoda Sport cuenta con dos faros adicionales para una mejor iluminación durante la noche y aberturas especiales en la parrilla del radiador optimizadas para la refrigeración de los frenos de tambor de las ruedas delanteras. Una distancia entre ejes ampliada de 2.150 mm garantiza una mayor estabilidad en la conducción. El vehículo pesaba 700 kg, incluyendo herramientas y piezas de repuesto. El motor de cuatro cilindros refrigerado por agua, con una cilindrada de 1.089 cm3, desarrollaba una potencia de 50 CV (37 kW) a 5200 rpm y alcanzaba una velocidad máxima de 140 km/h. El sistema eléctrico era del fabricante checo PAL 12 V. La mezcla especial de combustible estaba compuesta por gasolina, etanol y acetona. El consumo de 12 litros cada 100 km era bajo para la época en comparación con la competencia. Por lo tanto, la tripulación de Škoda tenía que repostar con menos frecuencia.
De vuelta al lugar donde se hizo historia
Gracias a su debut en Le Mans y a su gran rendimiento en el prestigioso circuito hace 75 años, el Škoda Sport original y sus pilotos Václav Bobek y Jaroslav Netušil ocupan un lugar permanente entre las leyendas del automovilismo. El vehículo compite ahora regularmente en la prestigiosa Le Mans Classic. El Le Mans Special de 1950, uno de los dos únicos que se fabricaron, se creía perdido desde hacía mucho tiempo, pero finalmente fue redescubierto y devuelto a la vida gracias a una cuidadosa restauración que conservó el mayor número posible de componentes originales. La carrocería de aluminio del coche aún conserva las cicatrices de las batallas libradas en el circuito hace más de siete décadas. Tras seis años de restauración, el coche volvió a los circuitos en 2022. El pasado fin de semana, del 3 al 6 de julio de 2025, volvió a alinearse en la parrilla de salida, conmemorando tanto la tradición de las carreras de resistencia como el 130 aniversario de la marca Škoda. El coche especial de Mladá Boleslav terminó en 36.ª posición en el índice de rendimiento
